¿Actividad física o ejercicio? ¿Con qué frecuencia debo hacerlo? ¿Estoy usando el equipo adecuado? En esta entrada responderé éstas y otras preguntas sobre la práctica sana del ejercicio.

 

La actividad física hace referencia a todo movimiento inducido por los músculos esqueléticos con el consiguiente consumo de energía. Todas las personas, sean cuales sean su edad y capacidades, pueden ser físicamente activas, ya que cada tipo de movimiento cuenta: caminar, andar en bicicleta pero también las tareas domésticas cotidianas, como la jardinería y la limpieza.

 

Ahora bien, cuando se habla de ejercicio se trata de la actividad física planificada, estructurada y repetitiva con el objetivo de mantener o mejorar el funcionamiento del organismo y la condición física de un individuo. Se deben tomar en cuenta la edad y estado de salud de cada persona, los entornos físicos y sociales en donde se desarrolla, así como sus metas individuales -desde mantenerse activos hasta participar en un nivel competitivo-.





 Se estima que 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa. La actividad física regular es un factor de protección importantísimo para la prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles. Las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre 20% a 30% mayor en comparación con las personas más activas. Nadie quiere ser parte de esta estadística. Entonces, ¿qué nivel de actividad física se recomienda para gozar de una buena salud?

 

Para adultos de 18 a 64 años, la Organización Mundial de la Salud recomienda realizar actividades de fortalecimiento muscular dos o más días a la semana. Estos deben incluir todos los grandes grupos musculares —piernas, cadera, espalda, abdomen, pecho, hombros y brazos—. Puede usar su peso corporal, cargar pesas o usar bandas de resistencia.


Además, se recomienda acumular a lo largo de la semana entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada —como regla general debe poder hablar pero no cantar mientras se ejercita, por ejemplo, caminar rápidamente, andar en bicicleta o bailar—; o bien entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa —aquí no debe poder decir más de algunas palabras sin pausar para retomar el aliento, por ejemplo, trotar, correr, saltar la cuerda, nadar o jugar fútbol—; o una combinación equivalente de ambas.

 

Las actividades aeróbicas aceleran el latido del corazón y aumentan la frecuencia de nuestras respiraciones con el fin de cumplir las demandas de nuestro cuerpo en movimiento. Dichas demandas, al igual que la capacidad de nuestro organismo para responder a ellas, cambian conforme envejecemos. Por ello, para establecer un nivel adecuado de actividad física, actualmente se prefiere subdividir a los adultos en 3 rangos de edad: 18-39 años, 40-59 años y 60-80 años. En todos los casos se recomienda llevar a cabo un examen físico pre-participación. Éste incluye una evaluación clínica y una serie de estudios de gabinete y laboratorio con el fin de determinar la aptitud física de cada individuo de manera integral. Así, se logra individualizar la prescripción de un programa de ejercicio que garantice su seguridad.

 


De manera general, se emplea el principio FITT-VP para la planificación del ejercicio:

F de frecuencia, se refiere al número de días o sesiones realizadas por semana.

I de intensidad, la cual se determina con la FC y es la tolerancia que tiene una persona a determinada carga de trabajo. Existen además diversas escalas para medir la percepción del esfuerzo; donde 0 es el reposo total, 5-6 la actividad de moderada intensidad, 7-8 alta intensidad y 10 el esfuerzo máximo.

T de tiempo, que es la duración del ejercicio. Y T de tipo, que incluye una variedad de actividades: ejercicio aeróbico, fuerza, equilibrio, agilidad, coordinación, flexibilidad, etc.

V de volumen, que representa la cantidad total de trabajo realizado por cada sesión de entrenamiento.

Y por último, P de progresión. Es la forma en la que un individuo debe aumentar la sobrecarga con el fin de promover la mejora continua de su condición física.

 

Tras el visto bueno del médico podrá continuar con su programa de ejercicio atendiendo a las siguientes recomendaciones:

  1. Prepare el equipo adecuado. Use ropa cómoda que le permita transpirar libremente. Si realiza un tipo de actividad más de dos veces por semana, considere conseguir el calzado diseñado específicamente para ella. Usar el calzado apropiado para actividades específicas puede mejorar el rendimiento, brindar confort y prevenir lesiones.

Procure cambiar su calzado con regularidad. A los 800 km el zapato ha perdido 45% de su capacidad de absorción de impacto. Como regla general, divida 75,000 entre su peso en libras y multiplíquelo por 1.6 para saber a los cuántos kilómetros comprar un nuevo par de zapatos.

  1. Caliente antes de cada sesión. Actividades lentas de baja intensidad preparan a nuestro cuerpo para el movimiento y permiten que nuestra frecuencia cardiaca y respiratoria aumenten de manera gradual. Ensaye de manera gentil los movimientos que realizará a lo largo de la sesión.
  2. ¿Si no duele no sirve? ¡Mal! Inicie lento y escuche a su cuerpo. La moderación es clave para una práctica sana. Distribuir la actividad en al menos 3 días por semana reduce el riesgo de lesiones y previene la fatiga excesiva. Agende días de descanso y aumente la actividad de manera gradual en periodos de semanas a meses. Si ha estado inactivo por mucho tiempo, inicie con un nivel bajo, usando pesas ligeras o haciendo menos repeticiones. Si se marea durante una sesión de ejercicio o no puede terminarla, disminuya la intensidad.

  3. El dolor muscular de inicio 12-24 horas tras ejercitarse es normal. Acuda a su médico si presenta dolor intenso que inicia durante el ejercicio o inmediatamente después, así como dolor muscular que persista por más de una a dos semanas.
  4. La forma es esencial en los ejercicios de fortalecimiento muscular. Comience usando su propio peso para dominar la técnica de cada ejercicio. No sacrifique la forma por velocidad ni por usar cargas más pesadas.
  5. Manténgase hidratado. Tome agua 15 minutos antes de ejercitarse y después de su enfriamiento. Beba un poco más a lo largo del entrenamiento. Si su actividad será de intensidad vigorosa, tome electrolitos también.
  6. Tras una rutina de ejercicio sigue la fase de enfriamiento. Esta debe tomar el doble del tiempo que el calentamiento. Disminuya la velocidad e intensidad de sus movimientos por al menos 10 minutos antes de detenerse completamente.

  7. Estire. Los ejercicios de flexibilidad mejoran su movilidad y disminuyen el riesgo de lesiones. Respire y mantenga cada posición por 30 segundos. Estirar no debería ser doloroso, relájese y estire solo hasta donde le sea cómodo.
  8. No olvide alimentarse de manera balanceada y suficiente. Una dieta adecuada potenciará los beneficios del ejercicio.

 

Hay muchas opciones para mantenernos activos. Espero que estas recomendaciones le sean de ayuda para alcanzar un nivel de actividad física suficiente y poder así mejorar su salud. Recuerde que cualquier cantidad de actividad física es mejor que ninguna, y cuanta más, mejor. Le invito a visitar el aula virtual del INRLGII, donde encontrará diversos recursos para seguir aprendiendo sobre una variedad de temas. ¡Hasta la próxima!

 

 

 

 

 

https://health.gov/sites/default/files/2019-09/Physical_Activity_Guidelines_2nd_edition.pdf

https://apps.who.int/iris/rest/bitstreams/1318324/retrieve#page46

https://orthoinfo.aaos.org/en/staying-healthy/safe-exercise/

https://www.health.harvard.edu/healthbeat/10-tips-for-exercising-safely

https://orthoinfo.aaos.org/en/staying-healthy/athletic-shoes/

https://books.google.com.mx/books?id=FjxnDwAAQBAJ&pg=PA139&lpg=PA139&dq=continuous+vs+discontinuous+training&source=bl&ots=7i3D81ZhG2&sig=ACfU3U2mqYZwLZVv12SjDddzTHdXsLshSg&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwjC6IWt46L0AhXOkmoFHa80ASA4ChDoAXoECB0QAg#v=onepage&q=continuous%20vs%20discontinuous%20training&f=false

https://www.amdiabetes.org/post/principios-b%C3%A1sicos-para-entender-el-ejercicio-la-actividad-f%C3%ADsica-y-el-deporte

 

 

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